el auto se debe preguntar cada día por qué el boludo del conductor no se pegó esa calcomanía en el culo
Entre el GPS dubitativo, el desfasaje mental y la dejadez, dejando la llegada a la responsabilidad del destino, dimos bastantes vueltas y pasamos por caminos "copadísimos" de ezeiza, entramos al peaje del aeropuerto, para entrar al aeropuerto, al que no tendríamos que haber entrado y cuya entrada cuesta unos 30 pesos o algo así, para salir del aeropuerto tramando una historia impecable para que no nos cobren y después el tipo se nos rió en la cara por la estupidez que acabábamos de cometer por culpa de la quemadez mental hasta dar finalmente, con el pueblo en cuestión. La llegada resultó bastante notoria, sobre todo porque bueno, era el acontecimiento para la gente de Cañuelas así que el asunto estaba bastante concurrido y sobre todo, lento.
Con hambre y paja del amontonamiento decidimos dar unas vueltas por el pueblo, donde había un cana amigable y con ojos rojos que nos guío al camino del dulce de leche, donde la entrada salió nomás que 5 pesiiiiito.
la oveja, sólo comer y cagar
En el estacionamiento encontramos unos dientes con su respectivas mandíbulas, detalle bastante llamativo, que resultaron ser (según nuestros cálculos) de unas ovejas que pastaban y cagaban dentro de nuestro perímetro. Olor bastante fuerte, el de la desgracia ovina.
los primeros fans de los nocheros, demostrando territorialidad para las primeras filas del recital en el perímetro
ante tanta depresión, el amigo Aníbal sólo atinó a beberse un litro de cerveza artesanal
Bueno, la fiesta consistió básicamente de unas carpas en un predio, con muchos puestos de comida, mucho olor a humo, tanques de basureros, gente acampando para ver a Los Nocheros, El rey de la lonja, y tarros de dulce de leche por 15 pesos.
será que lo donan a la CGT? a la Cámpora? a Madonna Quiróz??!
2001, odisea de la lonja
Lo peor fue habernos ido llenos, con dolor de estómago de tanto masticar grasa y pan justo cuando empezaba la elección de la reina del dulce de leche 2011, que aunque nos dio un poco de tristeza y ganas de volver, claramente la paja fue más fuerte.
el tipo más copado de Cañuelas, seguro que no se imagina que podría salir en chinese hipsters
A fusor, piloto del equipo rutero, se le ocurrió que era un buen horario para pasar por un pueblo que nos vendió como viejísimo y colonial llamado Abbott, al que llegamos cuando se asomaba la luna y con ella los fantasmas espantaturistas.
el señor que vende los plumeros, todos lo conocen en el barrio
Abbott, estaba sumido en la oscuridad y lo único que encontramos abierto en este pueblo de 500 y algo de habitantes fue un bar, donde tomamos un café con leche batido a mano y nos dieron de souvenirs un plato con galletitas que vinieron como premio promocional.
No estuvo tan mal.
No hay comentarios:
Publicar un comentario